Literatura



diseño: Elizabet Sicilia.

Coordinación General : Elizabeth Sicilia

Algo sobre mí.

Maura Echeverría es una escritora salvadoreña nacida el 3 de mayo de 1935, en Sensuntepeque, que ha dedicado su vida a la educación y la niñez, posee 10 libros de poesía editados: «Voces bajo mi piel», «Sándalo», «Ritual del silencio», «Cundeamor», «Con la vida a cuestas», «Desde el amor», «Distancias», «Laura», «Confidencias con mi nieta» y «Otoño en el corazón». Maura ha sido reconocida con premios y reconocimientos nacionales e internacionales, fundó el grupo poético de mujeres: “Poesía y más”, integrado por Maura, Claudia, Aída Párraga y Cristina Orantes, entre muchos otros éxitos logrados durante su vida.

Poesías

  • Voces bajo mi piel(1980)
  • Sándalos (1982)
  • Distancia (1993)
  • Cundeamor
  • Con la vida a cuestas
  • Desde el amor
  • Ritual del silencio
  • Otoño en el corazón
  • Poemas para Eunice
  • Sol de cariño

Libro

  • Mundo de chocolate (Presentado en el Centro Comercial del Paseo “General Escalón”, en San Salvador, el día 5 de julio del 2013).

Premios

  • Primer Lugar, rama poesía. Vigésimo Segundo Torneo de Centroamérica y Panamá, Asociación de Estudiantes de Derecho, Universidad de El Salvador1975.
  • Primer lugar rama poesía, Primeros Juegos Florales de Sensuntepeque. 1976.
  • Primer Lugar rama cuento, Ministerio de Educación. 1981.
  • Tercer lugar en Música Popular Primer Festival Canto a mi Tierra, Instituto Salvadoreño de Turismo,1981.
  • Diploma de la Organización Mundial de Educación Preescolar OMEP 1980.
  • Diploma Jornada de Escritores de Turismo, PRENSATUR, San José Costa Rica 1988.
  • Diploma de Reconocimiento por cualidades literarias, Asamblea Nacional Legislativa 1999
  • Diplomas de La Prensa Gráfica por formar parte de sus colaboradores intelectuales 1985 y 1990.





Me sorprende la lluvia a medianoche,

me conmueve su canto cadencioso

y vuelven mis raíces campesinas

con sus vitales diástoles de gozo.

 

Roturando las tierras el arado

luego la milpa prodigando elotes,

el rezongo del río cuesta abajo

y en la senda el jolgorio de cipotes.

 

En frescos pastizales los terneros,

en el cerco de piña los motates

y apagando la sed del campesino

el agua viva de los tecomates.

 

Bajo esta lluvia de la medianoche

en que tiemblan los sauces y los pinos,

asida firmemente de la infancia,

he vuelto a corretear viejos caminos.

 





Que importaban la noche 

y la tormenta,

si tenía el  refugio de tu cielo,

si en tus ojos cabían las estrellas

y los caminos azules

del anhelo.

 

Que importaban la noche

y la tormenta,

si tu amor en el mar

era velero

que remontaba las olas

con el vuelo

y tu risa, tus gestos

y tu paso

hacían circular en mis silencios,

la música bendita 

de tu abrazo.

 

Que importaban la noche

y la tormenta,

si alentabas mis sueños

y mis vientos

y borrabas con tus manos

infinitas,

mis fatigas y mis desalientos.

 

¡Ah... lejanos momentos

madre mía!

 

Si vieras como se dibujan

hoy,

sobre mi frente,

la certidumbre y la alegría

de encontrarme contigo,

prontamente.




La abeja ya llegó,

está sobre la flor

abriendo las alitas

y saludando al sol.

 

La abeja me refiere

que vive en un panal

donde fabrican mieles

y un potaje especial.

 

Que viene de muy lejos,

que no debe jugar

porque tiene una reina

a quien alimentar.

 

Que las flores silvestres,

como las del jardín,

con sabor y colores

le ofrecen un festín.

 

Que las amanecidas

la invitan a volar,

que la baña el rocío

y que la asusta el mar.

 

Me gustan las abejas,

me gusta su panal

y las flores temblonas

del verde matorral.


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