Literatura
Anita Rivera, comparte con nosotros
sus poemas. En los cuales se muestra sin medias tintas ya que utiliza la poesía como
herramienta de lucha y expresión política, en la cual está presente la lucha
feminista. Sus poemas cuestionan y denuncia las opresiones sistémicas presentes
en la vida de las mujeres. Por otro lado, dentro de esta selección hemos
elegido un poco de todo y haciendo eco con el mes del amor elegimos dos poemas
que nos hablan de la vivencia emocional, afectiva y sexual de la compañía.
Dichos poemas son un viaje sensorial por la experiencia de la piel compartida.
Ana R. Rivera Arévalo
seudónimo Axul Ri, Mujer artista, lesbiana y transgresora. Técnica en sistemas
y redes y egresada de ingeniería industrial. Nací en san salvador, el 27 de
febrero de 1983, por el conflicto armado nos mudamos al occidente del país,
escribo desde la adolescencia, en mi proceso de empoderamiento como mujer
lesbiana inicie la exploración en el mundo del teatro performance y hasta la
fecha no paro, en la actualidad he comenzado a explorar la dramaturgia, y hace
un año termine mi opera prima llamada ”lisonja divina”, la palabra escrita y el teatro han sido el medio
para cuestionarme, resistir, incidir y crecer, también para cuestionar el
sistema donde a las mujeres se nos sigue silenciando.
Agua y tierra
Te observo: Desnuda y completa,
Mientras, mi mirada dibuja la línea casi invisible de tu aura,
La luz de la vela te envuelve en sombras convirtiendo tu piel en una obra de arte.
¡Asombrosa!
Respiro profundo y tú olor se aloja en mis sienes, como bendita droga que me
conecta con otros mundos. Tan fresco y suave como el aroma del rocío al
amanecer, después de la furiosa tormenta.
Mi corazón palpita al ritmo del tuyo, te acaricio con mi energía desvaneciéndome
en tu silueta, te toco con el pensamiento; nota a nota como la perfecta y
armoniosa melodía, tus agudos me hacen vibrar mientras que con tus graves
aterrizo en el momento presente.
Un escalofrío me sorprende y mi piel le responde; mis dedos con el deseo
ferviente de viajar por el canal empinado de tu espalda, piden permiso y una
contracción casi salvaje pero sutil les responde que sí,
Mis dedos se convierten en gotas de agua que se deslizan transitando muchos
caminos en tu espalda, llegando a la cima de tus nalgas, mojándose en las aguas
dulces que emanan del manantial íntimo de tu ser mujer, regresando y posándose
en la suavidad de tus pechos que me recuerdan la vida.
Acaricio tus brazos, tus piernas y el perfil de tu cara, sintiendo como poco a poco
los trazos geométricos de tus formas se quedan grabados en la memoria de mi
cuerpo,
sos ciencia y poesía, sos jazmín y canela, ruda y sándalo, fuego y tierra y yo
siendo agua te mojo, te enciendo y lentamente te extingo en un gemido largo y
sentido que hace coro con el mío.
A
todas…
Para todas aquellas que fueron
obligadas a dejar de existir,
A todas esas a las que les
fueron arrebatadas las palabras,
A todas las que soñaban
despiertas y que de un puñetazo les
fueron arrancados los sueños para ser arrojados en sábanas blancas en aquel
barranco;
Para todas las que fueron
obligadas a cerrar sus ojos, y desde la oscuridad aún exigen justicia,
Para todas esas que se han
quedado siendo parte de una lista enorme que al estado no le importa y que aquí
la justicia olvida;
Para las que al procurar ser
fuego terminaron siendo quemadas,
En nombre de todas
Abuelas, madres, hijas,
nietas, hermanas, tías, primas
Víctimas del patriarcado,
Alzo mi voz con la misma
fuerza que ellas amaron, para que su silencio se convierta en el verdugo que
sacude la conciencia de quienes pudiendo hacer justicia las ignoran.
El
gusto por tu frio
Tu piel es como la escarcha
que deja el rocío cuando la temperatura baja,
fría como el azul y el gris de
mis armoniosos y nostálgicos días,
como la lluvia de madrugada
que apacigua mis ganas,
y envuelve mi cálido cuerpo en una niebla suave, que me eriza y me
derrite, contándome secretos ocultos en palpitaciones y sollozos que acarician
mis sentidos.
Fría, como la brisa que me
recuerda la vida.
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