Poesía Interestelar: Yuleisy Cruz Lezcano (Cuba e Italia)
diseño: Elizabet Sicilia.
Coordinación General : Elizabeth Sicilia
Algo sobre mí.
Nació en Cuba el 13 de marzo de 1973, vive
en Marzabotto (Bo), Italia. desde los 18 años obtuvo el Doctorado en Ciencias
Biológicas con Maestría en Enfermería y Obstetricia en la Universidad de
Bolonia. Desde 2012 ha participado en varios concursos literarios en italiano,
obteniendo a menudo excelentes resultados. Ha escrito 18 libros, el último es
“Di un’altra voce sarà la paura”, publicado con Leonida Edizioni.
Llena de sangre nació,
con pocos versos llorados
se anunció,
en un barco lleno
de ojos desesperados,
donde la idea de la vida
casi escapaba.
Nació para sazonar
con su presencia
extranjera
la quimera
de una vida mejor.
Nació entre medusas,
en el mar de Lampedusa,
acorralada de mariposas
eléctricas
que devoraban las carroñas
de cuerpos que soñaban
tocar tierra, antes de
ahogarse.
Nació ya grande, para
salvarse
y salvar el corazón del
África continental.
En su sonrisa natural
se ve como sonríe a la
vida,
con movimiento soberano,
llega y llama a los
blancos
con su negrada oliente a
cebolla frita.
Si la oyes, oyes en su
sonrisa infinita
el vudú de tambores
y en sus ojos, reflejados,
se ven los colores
por el sabor de libertad.
Existe, dicen,
un tren que va Tozeur,
un tren como un relámpago
caído en una espiga,
lleno de aromas,
de sabores pasados,
de pasos olvidados
a lo largo del sendero de violetas.
Existe otro tren
y yo monto sola,
empujada de la mano de un pájaro
en la transparencia azul
del cielo.
Existe un viaje en el misterio,
donde cada paso se paga
con las heridas,
pegadas a la mente.
Existe un viaje de horas lentas
empleadas en lecturas y contemplaciones.
Existe un viaje del cuerpo,
a través de las emociones
de ojos profundos
y de alientos impulsivos.
Viajamos, viajamos de vivos
en los crepúsculos rojos
escondidos en nuestras venas.
A veces viajamos
con las manos llenas
de semillas de raíces
que crecen hacia arriba;
a veces tenemos que doblar las rodillas
contra el asfalto
para rezar por una necesidad,
que más que un sueño,
es una exigencia,
que explota en nuestro mundo.
Puedes venir desnudo
a mi fiesta de amor,
puedes hasta llegar
en puntillas de pies,
agarrado a las nubes
con un hilo.
Ven como quieras,
pero trae contigo la música,
canta sobre nuestras vidas
perfumes de palabras,
coronas de lágrimas
entre barras cerradas,
emociones ilusionadas
de ríos de promesas,
escondidas claramente
de la oscuridad de la noche,
dormida sobre tus pasos
detenidos en las dudas.
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