Galería 33
Imágenes de San Salvador, un vistazo a la memoria
Por: Iván Escobar
He transitado tanto por las calles de San Salvador que son en una medida un espacio cotidiano en mi vida. De pequeño, solía ir con mis padres para acompañarlos en alguno que otro mandado u actividad que tenían, papá siempre me señalaba las estructuras antiguas, las calles, el porqué del nombre u otro detalle que veíamos al paso.
El bullicio de la ciudad, el caos que era frecuente, el transporte público agobiante y los gritos de las vendedoras era la cotidianidad, así como ver personas de la tercera edad, en su mayoría hombres distribuidos en las tres plazas principales, todo esto es propio de esa dinámica del centro, la cual por ahora ya no sabe igual.
Por ejemplo, la plaza Libertad reunió a cientos de fontaneros, carpinteros, mecánicos, albañiles entre otros trabajadores por obra de diversas especialidades, que vendieron por año su fuerza de trabajo a los salvadoreños, muchas veces a cambio de pírricos pagos, pero que siempre estaban listos para atender cualquier llamado.
Así la Plaza Cívica o “Gerardo Barrios” guarda una inmensa historia para la ciudad capital, en los inicios de la ciudad era conocida como la plaza principal del Convento Santo Domingo, que se ubicaba en donde actualmente está la Catedral Metropolitana, además en ella se han dado diversos acontecimientos, entre ellos: el atentado contra el presidente de la república, Manuel Araujo, el 4 de febrero de 1913; la masacre del 30 de marzo de 1980, cuando miles de personas se habían concentrado para despedir a Mons. Oscar Arnulfo Romero, asesinado días antes; en este espacio también los salvadoreños celebraron el fin de la guerra, en 1992, por ello, este lugar es para el capitalino el punto central de la ciudad. En ella, muchas personas de la tercera edad se concentraban para conversar y tomar un café, o leer el periódico.
Estas cotidianidades de las plazas hoy en día no se ven ya, de hecho se ve más turismo extranjero que salvadoreños, y en una medida deja un sentimiento de ausencia de aquel San Salvador en el que crecimos.
Por ello, he iniciado el proyecto de selección de fotografías que he tomado entre el período de 2011 a 2024, incluso algunas captadas años anteriores, las cuales serán expuestas próximamente – al contar con el apoyo correspondiente – para que todas y todos los capitalinos, así como nuevas generaciones puedan conocer ese San Salvador que ya es un ayer.
No quiero decir con esta propuesta, ni mucho menos cuestionar las acciones de mejora u ordenamiento de la ciudad. Al contrario, son necesarias y sé que es parte de la dinámica de crecimiento de los espacios y las sociedades, pero no comparto como en los últimos años se ha expulsado al capitalino, al comerciante mal llamado “informal”, el cierre de negocios emblemáticos y típicos. La modernidad no significa anular de un plumazo la esencia de un espacio, por el contrario valorar lo que se tiene y resaltarlo.
Desde 1997 cuando comenzaron en serio los procesos de “reordenamiento” el desplazamiento comenzó y la pobreza también, pues el comercio informal no es un capricho, sino la necesidad de muchos por un mejor vivir. Es de lamentar que espacios culturales alternativos, y específicamente La Casa Tomada del Centro, por ejemplo que funcionó entre 2011 a 2015 más o menos, fue amenazado e incluso expulsado por el capricho de propietarios de negocios de mala muerte, bares y prostíbulos que no toleraban que el arte y la cultura se impusiera.
Así ha sucedido lastimosamente hasta hoy. Los poquísimos espacios que se dedican a la cultura y el arte, están cerrándose o ya no hay, mientras que los bares, cantinas de mala muerte, prostíbulos, “discotecas”, etc. siguen presentes y firmes en los espacios que ayer eran de abolengo o que guardan historia. Aquí no llega el reordenamiento.
Por tanto, mi proyecto fotográfico que incluye la exposición, y en un momento la materialización de un libro con imágenes e información sobre el tema, está en camino. Actualmente he comenzado a exponer y – están a la venta desde ya – a fotoseparadores para libros, los cuales distribuyen a través de mi emprendimiento “Ramillete Libros”, la venta de libros nuevos y usados, en los cuales he comenzado ya a presentar muchas de esas imágenes que he ido captando en mi andar.
Agradecer a este espacio digital por abrirnos las puertas y poder comenzar a proyectar algunas de las imágenes que van a ser parte de ese contenido que estoy trabajando. Dejo aquí una pequeña parte, de un inmenso mar de colores, texturas e historias que he registrado por más de una década.
Comentarios
Publicar un comentario