Literatura
diseño: Elizabet Sicilia.
Coordinación General : Elizabeth Sicilia
Algo sobre mí.
Ana Castañer Pamplona (Teruel, España)
es Licenciada en Psicología Clínica, escritora, pintora y fotógrafa. Ha
colaborado en múltiples revistas artísticas, culturales y académicas dentro y
fuera de España. Además, ha participado en ferias de arte internacionales y
exposiciones. Es autora de diversos libros, entre ellos: “De Ayer a Hoy”, “Las
Huellas del Pasado”, “Días en Blanco y Negro” y “El Color de la Ira”.
Anoche amor,
el silencio era el
propietario
del remanso vertical
de nuestra alcoba.
La cortina sin
querer
pugnaba por abrir la
pequeña ventana a tientas
… y tú dormías…
y yo derramé la mirada
con ternura infinita
por el aura añil
de tu cuerpo en
sombras.
Solo quise
comprender
el mensaje de la luz
que te adorna la frente.
Solo quise
embriagarme
del perfume que
pervive por tu adentro.
Solo quise descubrir
la constelación de
vértigo que representas.
Pero tú dormías …
y yo no me atreví a
tocarte,
tuve miedo de
alterar el letargo,
me asomé al borde
del ensueño
y vi que, olas
invisibles de mar,
tropezaban contra mi
horizonte descalzo.
Perdona que desee contágiate
la inmensidad del
mar.
Perdona que ansíe
cobijarme en tu pecho.
… no sé cómo pedirte
que me dejes vivir
eternamente
en la cálida espiral
de tus abrazos…
Anoche,
yo bebí amor
de tu sueño y tu
silencio
A veces,
en las noches
desveladas sin tí
he tomado el rumbo
de la luna y del
verso…
porque hay flores
pájaros
luces.
Voy a esperarte aquí
a la sombre del
roble y sauce amigo,
con ese olor a
silencio y a hierba grata.
Voy a esperarte aquí
porque la casa está
repleta de rumores,
de cansancio, de
prisas y de vacíos…
¡ Aquí sin tí las
horas son
más largas cada día!
Dame la mano, amor,
para hallar en ti un
calor distinto
para ver que en realidad existen
tus besos de mar y
escarcha.
Dame la mano, amor
que quiero borrar
el enigma gris que
soy en tu ausencia…
si supieras…
que maravillosa es
el hoy
de estela azul
que me produces.
Mañana
no quisiera abrir
los ojos
con la desnudez
total a que me acostumbran.
No quisiera amanecer
llena de aguijones
preocupados,
conservando la
memoria de un mal sueño,
o animando al vacío
de tu ausencia,
si me desvelo,
quisiera hallar
sencillamente,
tu sol agazapado en
mi ventana
bebiéndose de golpe
las tinieblas,
rompiendo la
infinitud febril
que me limita.
Y así sentir
en ese instante
eclipsado de los siglos,
como renazco a la
longitud de una vida
creciendo aventado
de silencios amarillos,
como llevo gaviotas
mudas en las manos
que moldean versos a
su antojo.
Mañana
Mañana no quisiera
despertar
con esa ansiedad de
luna por la sangre…
Mañana quisiera
despertar
con un susurro de
besos en silencio…
Todo me habla de ti.
¡Hasta el silencio!
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